viernes, 3 de enero de 2014

Puntos en contra de la privatización de paraestatales (PEMEX). Reforma Energética, México 2014.

1. Cuando se tiene una empresa estatal, los contribuyentes son los inversores indirectos, sin embargo también son los beneficiarios, una empresa con mucha rentabilidad tendría a su vez que generar utilidades que en éste caso se destinarían al cien por ciento en infraestructura o servicios de gobierno. En el caso de una empresa privada no existe tal caso, ya que las utilidades se las llevan los accionistas, dicho dinero servirá para generar flujo en otro país, no en el nuestro.
2. Una empresa multinacional invierte en un país con el objetivo de entrar al mercado de dicho país, pero hoy podemos observar que también lo hacen para abaratar sus costos de maquila o de servicios remotos. En mi caso personal, trabajo ofreciendo servicios de diseño de redes a operadoras de Estados Unidos, tengo dicho empleo porque contratar un ingeniero en USA que haga lo mismo que yo es más del doble de caro. Gracias a ésto su servidor tiene un empleo, sin embargo le estoy quitando empleo a alguien más. Lo mismo pasa cuando una empresa estadounidense o incluso mexicana se traslada a China o India para realizar sus operaciones de una manera mucho más barata (y con leyes laborales bastante borrosas.
3. Una empresa paraestatal debería funcionar perfectamente como una empresa cualquiera, con estructuras y áreas muy similares a las privadas, normalmente se quiere hacer creer que una empresa paraestatal es inoperante de nacimiento. En mi caso particular, tuve la oportunidad de trabajar en plataforma petrolera y pude constatar que el efecto de hacer de PEMEX una empresa con grandes deficiencias, es un ejercicio (el cual se hizo también con TELMEX y Ferrocarriles Mexicanos) que intenta privatizarla argumentando falta de recursos.
No se está en contra de la inversión extranjera, considero que la iniciativa privada nacional e internacional debería tomar a México como una oportunidad de desarrollo, de crecimiento para que también dichas empresas crezcan en conjunto con el país, sin embargo normalmente se puede constatar que las empresas extranjeras no están interesadas en el crecimiento conjunto sino en buscar la manera más barata de producción que aumente sus utilidades pero que no sea recíproco.
Las empresas tanto nacionales como internacionales que operan en México, órgano principal de nuestra sociedad, necesitan aumentar sus estándares éticos y también replantearse que ganarían más invirtiendo en nuestro país de manera responsable y planificada.

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